Reconciliation
The Sacrament of Reconciliation is called many things, all of which offer God’s grace and mercy to us. “It is called the sacrament of conversion because it makes sacramentally present Jesus’ call to conversion, the first step in returning to the Father from whom one has strayed by sin.

It is called the sacrament of Penance, since it consecrates the Christian sinner’s personal and ecclesial steps of conversion, penance, and satisfaction.

It is called the sacrament of confession, since the disclosure or confession of sins to a priest is an essential element of this sacrament. In a profound sense it is also a ‘confession’ – acknowledgment and praise – of the holiness of God and of his mercy toward sinful man.

It is called the sacrament of forgiveness, since by the priest’s sacramental absolution God grants the penitent ‘pardon and peace.’

It is called the sacrament of Reconciliation, because it imparts to the sinner the love of God who reconciles: ‘Be reconciled to God.’ He who lives by God’s merciful love is ready to respond to the Lord’s call: ‘Go; first be reconciled to your brother’” (Catechism of the Catholic Church #1423-1424).

The Sacrament of Reconciliation is offered Saturdays at 2:30 pm,
First Fridays 6:00pm - 7:00pm (English & Spanish), 
or by appointment. 

Reconciliación
​El Sacramento de la Reconciliación es llamado muchas cosas, todas las cuales ofrecen la gracia y de la misericordia de Dios para nosotros. "Se llama el sacramento de la conversión porque hace presente sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión, el primer paso para volver al Padre, de quienes nos hemos perdido por el pecado.
Es el sacramento de la Penitencia, ya que  consagra al cristiano pecador en su proceso personal, e, eclesial de conversión, penitencia, y  satisfacción.
 
Se le llama el sacramento de la confesión, puesto que la divulgación o la confesión de los pecados a un sacerdote es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión" - reconocimiento y alabanza - de la santidad de Dios y de su misericordia para los pecadores.
Es el sacramento del perdón, ya que por la absolución sacramental del sacerdote, Dios le conceda al penitente "perdón y paz."
También se llama el sacramento de la reconciliación, ya que enseña al pecador, el amor de Dios que reconcilia: "Sean reconciliados con Dios." El que vive con el amor misericordioso de Dios está dispuesto a responder a la llamada del Señor: "Vete primero a reconciliarte con tu hermano" (Catecismo de la Iglesia Católica # 1423-1424).
 
El Sacramento de la Reconciliación se ofrece los Sábados a las 2:30pm, Primeros viernes de 6:00pm a 7:00pm (inglés y español),
o por cita.
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Why Do We Need Confession Q/A

​Question:
If God knows everything we do, why do we need to go to Confession?
 
Answer:
Another term for the Sacrament of Confession is the Sacrament of Reconciliation. We go to this sacrament not only to confess our sins, but to be reconciled with God. Of course, this begs the question, “If I can pray to God on my own, why can’t I be reconciled to God on my own?” In the seven sacraments, we recognize the importance of community. Sacraments like baptism or matrimony happen in the context of the wider church to remind us of the communal impact of our lives. We are not alone in our walk of faith!
 
We don’t need to confess our sins in front of the whole community – thank God! But going to the Sacrament of Reconciliation is a tangible reminder that our sins affect not only ourselves and our relationship with God, but others as well. Jesus gave his Apostles authority to forgive sins in his name. Through this sacrament, we are really, truly forgiven by God Himself. We receive an outpouring of grace and strength to sin no more and our relationship with Christ and his Body, the Church, are restored.
 
©LPi

Pregunta:
Si Dios sabe todo lo que hacemos, ¿por qué necesitamos confesarnos?
 
Respuesta:
Otro término para el Sacramento de la Confesión es Sacramento de la Reconciliación. Asistimos a este sacramento no sólo para confesar nuestros pecados, sino para reconciliarnos con Dios. Por supuesto, esto plantea la pregunta: “Si puedo orar a Dios por mi cuenta, ¿por qué no puedo reconciliarme con Dios por mi cuenta?” En los siete sacramentos reconocemos la importancia de la comunidad. Los sacramentos como el bautismo o el matrimonio ocurren en el contexto de la iglesia en general para recordarnos el impacto comunitario de nuestras vidas. ¡No estamos solos en nuestro caminar de fe!
 
No necesitamos confesar nuestros pecados delante de toda la comunidad – ¡gracias a Dios! Pero acudir al Sacramento de la Reconciliación es un recordatorio tangible de que nuestros pecados no sólo nos afectan a nosotros mismos y nuestra relación con Dios, sino también a los demás. Jesús dio a sus Apóstoles autoridad para perdonar pecados en su nombre. A través de este sacramento, somos real y verdaderamente perdonados por Dios mismo. Recibimos un derramamiento de gracia y fuerza para no pecar más y nuestra relación con Cristo y su Cuerpo, la Iglesia, se restablece.
 
© LPi